Citar la representación política que asistió el pasado fin de semana al acto de apertura oficial del nuevo establecimiento de Hotusa a orillas del Atlántico, da una idea del poder de convocatoria de este samurái del turismo
Por: Juan Carlos Valero / Día 17 de septiembre – 2014 / Link ABC
Por regla general, quienes nacen en los pueblos, los que han jugado a fútbol en la calle y se han forjado a sí mismos, suelen ser más listos porque han crecido frente a la adversidad. Nacer en la parroquia de Campo Ramiro, en el municipio de Chantada (Lugo) y haber construido desde Barcelona el emporio turístico que hoy es Hotusa, da una idea del carácter y de la determinación de Amancio López Seijas, el hotelero de moda en España.
Hotusa gestiona directamente 109 hoteles, a los que se suman 2.400 establecimientos en más de 50 países que les confían su representación desde 1977, cuando este gallego fundó el grupo que preside y en el que trabaja su familia. Convencido de que el turismo es una industria blanca porque no contamina, tractora de la economía por su transversalidad, garantía de paz y entendimiento entre los pueblos y que además es uno de los pocos sectores que no dejará de crecer, porque la aspiración de la mayoría de personas es viajar cuanto más mejor; Amancio López encabeza en persona la expansión internacional de su grupo como un samurái de los negocios, imagen tomada del profesor Joaquin Trigo y que define al empresario que se defiende de la crisis con una espada en una mano mientras con la otra ataca nuevos mercados. Y lo hace todo a la vez.
El Euroestars Oasis Plaza de Figueira da Foz (Portugal) es el último hotel que ha inaugurado este empresario discreto y de fiar que ahora también preside Exceltur, la mayor asociación de empresas turísticas y del transporte de España.
Citar la representación política que asistió el pasado fin de semana al acto de apertura oficial del nuevo establecimiento de Hotusa a orillas del Atlántico, da una idea del poder de convocatoria de este samurái del turismo. Amancio López estuvo arropado por el vicepresidente del Gobierno luso, Paulo Portas, la ministra española de Fomento, Ana Pastor, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y el embajador de España en Portugal, Eduardo Junco, entre otras personalidades.
La presencia de autoridades de los dos países que comparten la frontera más larga de Europa se antoja a quien firma estas líneas un paso hacia la nueva Iberia, esa idea que acarician cada vez más ciudadanos en Portugal y España para que el sur de Europa sea más fuerte y, de paso, calmar las ansias separatistas de algunos. Un sueño de 790 millones de iberoamericanos que se erguiría como plataforma común para las empresas globales con aspiraciones en Europa, África y América. Vale la pena repensarlo.
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